Diario de un intercambio

Mi nombre es Bibiana, tengo 21 años, estudio Negocios Internacionales, soy del hermoso país cafetero: ¡COLOMBIA!

Estuve en el proyecto CoopArte, en una fundación llamada Asociación Civil Centro Comunitario Esperanza. Trabajé con niños de entre 7 y 12 años dando clases de arte, música, danza, medio ambiente, teatro y poesía. Eran niños muy humildes pero con muchas ganas de aprender, además con un corazón enorme.ImagenLlegué el Domingo 12 de agosto a la terminal de Ómnibus, ahí me estaba esperando m Meli Bachur, mi acompañante,  quien amablemente fue a esperarme, teniendo en cuenta que la llegada de mi autobús era a las 7.30 a.m. (muy imprudente de mi parte llegar ese día y justo a esa hora ). De ahí fuimos al lugar donde me quedaría mis primeros días donde Agus Sanchez quien me recibió con los brazos abiertos y con una sonrisa enorme. Luego dormimos, almorzamos y fuimos por Isa (otra intercambista) al Aeropuerto. Así transcurrió mi primer día en Córdoba conociendo un poco y adaptándome a lo que sería en adelante mi nueva casa en Argentina.

El lunes 13 de Agosto fuimos a la Fundación. Al llegar conocí a Mariana, intercambista de Brasil, a doña Inés la Presidenta de la Fundación, y a su familia. Ese día llegamos cerca de las 3 p.m. por lo tanto no alcancé a conocer a los niños.

Al día siguiente llegué con Mariana y con Isa, conocí por fin a los niños que al principio me ignoraban todo el tiempo. Los chicos estaban acostumbrados a Mariana y no querían que yo les ayudara. Las primeras dos semanas fueron un poco duras, porque los niños no querían trabajar, no me hacían caso, eran un poco rebeldes. Doña Inés y su familia siempre me levantaron el ánimo, siempre me brindaban una palabra de aliento lo cual me hacía tomar fuerzas y seguir.

Imagen

Un día llegué y había aproximadamente 12 niños, les entregué el material para realizar el trabajo, pero fue un caos total, no trabajaron y  botaron las cosas. En fin, se salió todo de control. Yo estaba muy triste y a la hora del almuerzo exploté y como soy tan sensible comencé a llorar, pero como siempre mi familia argentina (como ahora les digo a doña Inés y su familia) me alentaron.  Al día siguiente hablé con los chicos, les pregunté qué les gustaba, que les gustaría ser cuando grandes y jugamos un poco. Esa fue mi actitud, conocerlos y que ellos también me conocieran. De esa forma me di cuenta que lo mejor que pude hacer era pasar un buen rato con ellos, sin tener que tuvieran que estar sentados en una mesa esperando que les dieran ordenes, sino que se liberaran un poco y se desahogaran de toda esa carga emocional que normalmente la deben guardar.ImagenJunto con los niños hemos reído, jugado, hemos aprendido y digo hemos porque cada día ellos también me enseñaban algo nuevo. Cuando llegaba siempre me esperaban con un abrazo y un beso, eso es lo que más me hacía felíz!!

Como lo mencioné anteriormente me han hecho sentir en familia y yo me he sentido como tal, todos son un amor y son muy amables!!!

Deja un comentario

Archivado bajo Intercambios Entrantes, Viví Córdoba

Deja un comentario